
Un libro abierto, en blanco, del que surge un barco dibujado con lápiz negro, y una isla del tesoro, con un caballero dispuesto a crear su historia con esas letras que no sabemos si caen o suben, pero que llaman a imaginar.
Esa imagen podría resumir nuestro trabajo en SOPHIA: una invitación a potenciar nuestro conocimiento pedagógico en un mundo nuevo lleno de curiosidad, amor por la invención y con la aventura por vivir con una pasión: el aprender.
Desde SOPHIA postulamos sobre la RESPONSABILIDAD DE LA FAMILIA para posibilitar el mejor escenario de aprendizaje para los niños, cuando el sistema educativo sigue anclado en el siglo XIX y se necesita una propuesta que case con el paradigma del XXI, que ya está aquí.
Nuestra comunidad sigue madurando o, como se diría en la jerga escolar clásica, “progresa adecuadamente”: Actualmente estamos acompañando a 15 familias que están asumiendo la responsabilidad directa de la educación de sus hijos.
La pandemia de la COVID19, y las situaciones de excepción vividas especialmente en 2020-21, también han tenido un lado amable y, en el caso de la escuela, padres e hijos han convivido mucho tiempo, recobrando una mirada mutua, donde se han reencontrado y han aprendido juntos en el día a día.
Los resultados han sido sorprendentes, y por eso merece la pena hacer una reflexión sobre los estadios por los que ha pasado ese reconocimiento de las cosas, de cómo miraban esos ojos y como latían esos corazones ante eso de “ir a la escuela”.
¿Qué es lo primero que nos encontramos?
El funcionamiento del sistema educativo y las obligaciones a que está sometido ponen un escenario para el aprendizaje con:
Altos ratios de niños /aula.
Deriva forzosa en conductismo, o lo que es lo mismo, no hay forma humana de atender a cada individuo, y así todo se debe organizar para que todos vayan ‘a una’.
Pérdida de lo genuino de cada cual.
Pruebas de estándares que dan resultados muy justos de media.
Academicismo que se traduce en muchos casos en exclusión.
Mucha sintomatología (déficit de atención, altas capacidades sin responder, alta sensibilidad para bien y para mal…)
En casa todo esto se diluye porque esas fricciones no se dan: No hay ACOSO, no hay competencia, ni ningún niño o niña está en alerta por las segundas agendas que están operando en clase, y mientras se da clase.
¿Cuál es la segunda capa?
El vocabulario y jerga subyacente en el sistema:
Programación
Evaluación
Estandarización de la evaluación
Comparativa
Competición
Horarios
Entorno de trabajo (de aprendizaje)
Especialización
Contenidos
Mercado laboral
Igualdad
Predación
¿Qué se esconde debajo de todo esto?: Una educación que se dirige a las HABILIDADES DURAS, mediante la adquisición de conocimientos para acceder a un oficio o carrera que permita a esos alumnos y alumnas trabajar más adelante, aunque no haya promesas de futuro positivo: la hipoteca de sus tiempos y esfuerzo no tiene un premio o recompensa segura, produciéndose frustraciones, claramente visibles en los adolescentes.
¿Y la tercera capa?
Los tags asociados al aprendizaje pueden ser otros, acordes a este nuevo entorno cambiante:
Componer
Interpretar
Inventar
Evolución
Metacognición
Creación
Colaboración
Momentos
Entorno de naturaleza
Generalistas
Expandidos
Asueto
Placer
Diferencia
Restitución
Compensación
El marco educativo en el día de hoy puede plantearse completamente diferente y abierto, contando con el “fuera del aula” en muchos momentos y, especialmente, eliminando corsés.
En esta capa el papel de la familia es capital y nuestra función es acompañar a través de una ESCUELA DE PADRES.
¿Qué hace SOPHIA?
Propone un método (r)evolucionario de desarrollo de la persona, posibilitando que los niños y niñas sean de nuevo mentes abiertas, pensantes, de ojos brillantes, curiosos, …que desarrollen su espíritu aventurero, de exploradores del mundo.
Se proporciona un CLASSROOM en el que se puede experimentar, en todos los ámbitos, incluso abriéndose a enseñanzas como puede ser la comunicación no violenta o la programación informática (y sus asociados, como ciberseguridad), que son claves en la alfabetización futura.
El aprendizaje es un funcionamiento continuo y no se restringe al aula (más bien en el aula se ejerce poco). Por todo ello es importante, desde nuestro criterio, ir acompañando las situaciones de aprendizaje (aún si el padre o madre no domina la disciplina).
Este lugar común, donde se ejerce el rol de aprendiz, compartido con los adultos de la familia, da resultados excelentes que se pueden percibir emocionalmente, como una palanca de ilusión, de pertenencia y de amplitud, que ofrece todas las posibilidades a esos pequeños y pequeñas, manifestándose con lo mejor de cada cual.
Hay un poema de KAHLIL GIBRAN, cuyo título (TUS HIJOS NO SON TUS HIJOS) es toda una declaración de principios:
Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino través de ti.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.
¿Y qué pasa con los educadores?
Evidentemente los profesores y profesoras tienen mucho que decir, tanto como aprender o desaprender, tanto como modificar protocolos o decidir si creen en una escuela del pensamiento y la emoción más que en una escuela de memorizar, si creen en la singularidad de cada pequeño y pequeña que se pone ante ellos.
En este momento estamos en disposición de lanzar SOPHIA CAMPUS, como plataforma dirigida al profesorado, con cursos que contribuyen a la formación en HABILIDADES BLANDAS de esos maestros y maestras con el fin de aportar soluciones al sistema educativo en el que están inmersos, viviendo los escenarios reales del siglo XXI.
Un profesorado que se sienta identificado con esos niños y niñas, con esos padres y madres, y que esté dispuesto a aprender, incluso de esos peques, de sus progenitores, y de nosotros, para igualmente formar parte de un prisma donde lo realmente importante es:
Curiosidad
Entusiasmo
Coraje
Liderazgo
Creatividad
Civismo
Ingenio
Autodisciplina
Autoestima
Capacidad de sorpresa
Pensar en grande
Compasión
Motivación
Empatía
Humildad
Sentido del humor
Digno de confianza
Sentido de la belleza
Resiliencia.
Como padres y madres somos responsables, como facilitadores de enseñanzas también y, si cualquiera, en cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier edad, siente inquietud por estos cimientos que sostienen el conocimiento, desde la Comunidad que es SOPHIA ofrecemos una puerta abierta a un espacio común, y especialmente os invitamos a completar una necesidad: contar con talentos para subir un escalón en formas y fondo en eso que llamamos educación y aprendizaje.
¡¡¡Os esperamos!!!
Este post ha sido escrito por NURIA BOSCH quien dirige SOPHIA, una incubadora de iniciativas educativas, con conocimientos profundos de las tendencias pedagógicas a nivel global, en colaboración con PAT KENNE.