Al liderar un negocio se asume una responsabilidad que aúna a los equipos de trabajo, socios, colaboradores, clientes y, por supuesto, a uno mismo.
En SENSEI GROUP. además, se extiende a un compromiso con aquellos que me han enseñado a ser responsable: con mis maestros.
Cada sensei no sólo me ha guiado a trazar un camino de vida, además se ha convertido en socio o colaborador.
Responsabilidad y compromiso que para mí se transforma en agradecimiento y respeto.
Tengo 20 años. Lo que se da en llamar un joven empresario.
Quizás resulte demasiado joven para quien lea esto, pero también diré que además soy un joven seguro. Si, seguro… Se que a eso también se le da en llamar un joven prepotente, pero creo que hay que eliminar prejuicios y por eso quiero compartir mi historia porque el que está dispuesto a aprender siempre es humilde.
Mi seguridad no está en la red de protección que supone contar con la experiencia de cada sensei; o que el más joven de ellos me doble la edad; o que sepa que no me dejarán caer.
Mi confianza está en el respeto que me impone afirmar que junto a ellos tengo mucho que aprender, compartir con los demás y en saber que quiero labrar un buen futuro.
Mi certeza es la misma de un luchador. Y si algo soy, y quiero seguir siendo, es un luchador.
Cuando me presenté, hace ya más de 1.001 noches, ante mi primer sensei, fue una revelación tan impactante que, en un principio, dudé, e incluso llegué a pensar que escuchaba alguno de esos relatos fantasiosos. Además, yo sabía que a ese sensei más de uno lo calificaba de charlatán.
Hoy confirmo que la realidad ha sido más maravillosa que cualquier cuento, y que gracias a ese sensei descubrí la esencia de la honestidad, y a diferenciar a un sensei real de lo que otros denominan como charlatán. Curiosamente los charlatanes eran los que le califican como tal a él.
El maestro auténtico, perdiendo en donde podía ganar puesto que yo estaba dispuesto a pagar, pero no me pidió nada a cambio, me abrió los ojos ante lo que fue mi primera batalla: montar una empresa.
Tuve que enfrentarme a muchas cosas. Como si fuese una carrera de obstáculos.
Fueron palabras grandes: Tenía que emanciparme. Era un menor, es decir, menos que joven, y en España no puedes desarrollar ideas o negocios, con los que ganar dinero, pagando impuestos y haciendo que otros también ganen si no eres mayor de edad o te independizas legalmente de los tuyos.
No sé si alguien que esté leyendo esto ha experimentado lo que significa salir de tu habitación, hacer una convocatoria de urgencia antes de la cena y pedirles a esos que han cuidado de ti desde que naciste que dejen de ser por Ley tus progenitores para poder llevar a cabo un sueño.
Al liderar un negocio se asume una responsabilidad que aúna a los equipos de trabajo, socios, colaboradores, clientes y, por supuesto, a uno mismo.
En SENSEI GROUP. además, se extiende a un compromiso con aquellos que me han enseñado a ser responsable: con mis maestros.
Cada sensei no sólo me ha guiado a trazar un camino de vida, además se ha convertido en socio o colaborador.
Responsabilidad y compromiso que para mí se transforma en agradecimiento y respeto.
Tengo 20 años. Lo que se da en llamar un joven empresario.
Quizás resulte demasiado joven para quien lea esto, pero también diré que además soy un joven seguro. Si, seguro… Se que a eso también se le da en llamar un joven prepotente, pero creo que hay que eliminar prejuicios y por eso quiero compartir mi historia porque el que está dispuesto a aprender siempre es humilde.
Mi seguridad no está en la red de protección que supone contar con la experiencia de cada sensei; o que el más joven de ellos me doble la edad; o que sepa que no me dejarán caer.
Mi confianza está en el respeto que me impone afirmar que junto a ellos tengo mucho que aprender, compartir con los demás y en saber que quiero labrar un buen futuro.
Mi certeza es la misma de un luchador. Y si algo soy, y quiero seguir siendo, es un luchador.
Cuando me presenté, hace ya más de 1.001 noches, ante mi primer sensei, fue una revelación tan impactante que, en un principio, dudé, e incluso llegué a pensar que escuchaba alguno de esos relatos fantasiosos. Además, yo sabía que a ese sensei más de uno lo calificaba de charlatán.
Hoy confirmo que la realidad ha sido más maravillosa que cualquier cuento, y que gracias a ese sensei descubrí la esencia de la honestidad, y a diferenciar a un sensei real de lo que otros denominan como charlatán. Curiosamente los charlatanes eran los que le califican como tal a él.
El maestro auténtico, perdiendo en donde podía ganar puesto que yo estaba dispuesto a pagar, pero no me pidió nada a cambio, me abrió los ojos ante lo que fue mi primera batalla: montar una empresa.
Tuve que enfrentarme a muchas cosas. Como si fuese una carrera de obstáculos.
Fueron palabras grandes: Tenía que emanciparme. Era un menor, es decir, menos que joven, y en España no puedes desarrollar ideas o negocios, con los que ganar dinero, pagando impuestos y haciendo que otros también ganen si no eres mayor de edad o te independizas legalmente de los tuyos.
No sé si alguien que esté leyendo esto ha experimentado lo que significa salir de tu habitación, hacer una convocatoria de urgencia antes de la cena y pedirles a esos que han cuidado de ti desde que naciste que dejen de ser por Ley tus progenitores para poder llevar a cabo un sueño.




Un emprendedor es un tipo de persona que no encuentra su lugar en el mundo y decide crearlo.
Tú eliges quien quieres ser en cada momento, no los demás. Y eso incluye tu fortaleza. Y que a lo único que debes temer en la vida, es a ser inútil.
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.

Sociólogo, Coach de Desarrollo Personal-Deportivo y Emprendedor
Creo que no se es emprendedor porque sí.
Creo que la vida te forja para serlo y, dependiendo de las condiciones, debes tomar la decisión de serlo o no.
Un emprendedor es un tipo de persona que no encuentra su lugar en el mundo y decide crearlo.
Es lo que me pasó a mí.
Quizás porque siempre fui demasiado rebelde e inconformista, con un afán constante por preguntar el porqué de las cosas y poner patas arriba todo lo que me encontraba, buscando, en el fondo, la autosuperación y el desarrollo personal.
Esas son las claves en la vida de cualquier ser humano: Quién eres, por qué eres así, de dónde vienes, quién te ha forjado, qué se puede esperar de ti… y, lo más importante, que esperas de ti mismo.
Indudablemente yo vengo de mis maestros, mis forjadores.
Probablemente el primero que me impactó y que aun acapara irremediablemente mi atención cada vez que lo veo o escucho fue el gran BRUCE LEE. Y no debe pensarse que es una referencia frívola. No. Es alguien que no necesita carta de presentación. Sembró en mí la semilla de la autosuperación, el amor por las artes marciales, como una herramienta eficaz de desarrollo personal, y a ser genuino. “Hagas lo que hagas en la vida, distínguete, se tú mismo, fluye con las cosas que te rodean”.
El pensamiento es básico y trascendental: “No habrá otro como yo, así que… ¿qué valor añadido puedo aportar a la humanidad?”
La respuesta: Ambición. Si, porqué sin ambición se puede ser feliz, pero no emprendedor, y ser emprendedor, como ya dije, es buscar tu lugar en el mundo.
VICENTE BORONDO, de la ESCUELA SHINTO MUSO RYO JODO, y uno de mis primeros senseis, aprendí que, si algo no funciona, hazlo funcionar.
Esta enseñanza fue ampliada después por mi actual Sifu MARCELO NAVARRO (MOY YAT VING TSUN MARTIAL INTELLIGENCE), quien me transmitió otra enseñanza esencial: “En la vida, continuamente, nos enfocamos en lo que nos gustaría, en vez de en lo que es”.
Básicamente, me enseñó a pensar. A ser consciente de lo que hago, por qué, para qué, cómo y cuándo lo hago. Desarrollar la inteligencia estratégica le hace a uno considerar estas preguntas para aquello en lo que se enfoca y conseguir mejores resultados y, de paso, ser más consciente de en qué, y por qué, se fallado. Al final, es aprendizaje.
De mi padre, MELCHOR GARCÍA (Ex Director General en MAPFRE), entre las muchísimas cosas que aprendí, una de las de más importantes: “Si vas a hacer algo, hazlo bien. No lo hagas a media”.
De mi madre, PILAR ORTIZ (Doctora en Pediatría): “Tienes que insistir hasta conseguir lo que te propones”.
Recordemos, si sabemos que no funciona, insistiremos en lo que funcione, aunque sea otra cosa.
De mi abuela, FRANCISCA ROS, gran mujer, completamente avanzada a su generación: “Tú eliges quien quieres ser en cada momento, no los demás. Y eso incluye tu fortaleza. Y que a lo único que debes temer en la vida, es a ser inútil”.
De ellos extraigo su mejor enseñanza: la familia. La creencia de que el mundo puede ser un lugar mucho mejor si haces de los demás que sean tu familia.
Si ayudas a los que puedes, cuando lo necesitan…siempre serás útil. Por tanto, cuanto más escales en autosuficiencia, mejor dotado estarás para impactar en el mundo y alcanzar a ayudar a más personas.
ANA MARTÍNEZ PEREZ, una gran profesora y antropóloga de la UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS DE MADRID, mientras hacía un Grado en Sociología de la Educación, me dijo una vez: “…tienes un don, una especie de sentido común especial que te hace detectar cosas antes que la mayoría”. Resulta casi mágico oír algo así, y aún sigo intentando entender qué significa eso, pero lo cierto es que me alienta, y mucho.
Otra lección primordial que me dio es cómo innovar una pedagogía completamente diferente, que apueste por la creatividad, el pensamiento crítico y el ansía por explorar y desarrollar lo que sea que te estimule lo suficiente.
SALVADOR PERELLÓ, otro catedrático crack, trató de inculcarme que “Sin metodología, rigor y disciplina una idea no es más que humo a punto de disiparse”.
También hice Prácticas Externas con la FUNDACIÓN SECRETARIADO GITANO, realizando un informe de evaluación y análisis de su programa “Promociona” en el IES PONCE DE LEÓN. Una experiencia que da sentido a la idea del Voluntariado y la forma en que la sociedad concibe a los demás.
Mientras cursaba el Practitioner Licensed en Programación Neurolingüística (PNL) en TALENT INSTITUT, de la mano de XAVIER PIRLA, comprendí que cada persona tiene su propio modelo mental que utiliza para interpretar la realidad, y que lo que importa no es si algo es correcto o no, si no si nos es útil o inútil. Evidentemente, también aprendí a aplicar esta gran herramienta.
GUILLERMO LLORENTE BALLESTEROS (subdirector General de Seguridad y Medio Ambiente en MAPFRE, y amigo), dotó a mi capacidad de una mayor amplitud y comprensión, durante largas horas de instrucción, autocrítica y reflexión.
Hubo un tiempo en que mi trayectoria profesional se dirigía hacia el análisis en inteligencia en un contexto de seguridad y así preparé un Máster como Analista de Inteligencia en la UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS DE MADRID. Me insistió mucho en la importancia de los contactos.
Los contactos, así lo entendí de él, construyen nuestra propia red a través de la cual podemos movilizar nuestra inteligencia para conectar con los demás. No tan poético es reconocer que facilitan nuestro acceso y escalado al mundo laboral, las cosas como son. Y él lo sabía y de ahí su insistencia.
En las prácticas que realicé, conocí a JOSÉ MARÍA SANTÉ ABAL, Oficial del Ejército del Aire Español, Doctor en Paz y Seguridad Internacional, y amigo. Pancho, como le gustaba que le llamásemos en confianza, me dio una gran lección sobre lo que se puede lograr cuando haces de tu hobby, tu pasión, tu trabajo.
Me tutorizó en un Voluntariado que hice en Investigación en Prevención de Conflictos Bélicos dentro del INSTITUTO DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS ESPAÑOL (IEEE), pudiendo ampliar mi conocimiento en psicología social investigando las predisposiciones psico culturales que motivan nuestras conductas hacia el conflicto bélico o no.
MARCELO NAVARRO (al que ya mencioné), durante más de diez años, ha sabido hacer de mi inteligencia una más consciente, atenta y eficiente. También que no puedes cambiar a nadie hasta que no te cambias a ti mismo. Esto me marcó profundamente.
Así que, paralelamente a sus enseñanzas, decidí dedicar 3 años de mi vida a aprender sobre la Seducción de la mano de MARIO LUNA y, a través de su formación, a conocerme y reconstruirme a mí mismo, a aprender cómo conectar con las personas, y a cómo disfrutar cada momento de la vida.
Y, volviendo de nuevo a MARCELO NAVARRO, por último, me enseñó que la victoria suele determinarse en la preparación inicial. En EL ARTE DE LA GUERRA de SUN TZU, hay un proverbio que dice: “Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”, o lo que es lo mismo, conócete a ti mismo, a tus rivales y el contexto en el que te mueves… y vencerás seguro.
Creo que esto se aplica irremediablemente a la realidad de los negocios.
Pero mi intención no es validarlo, sino descubrirlo bajo un nuevo contexto para el aprendizaje y la superación, aplicándolo para mejorar la vida de otras personas, que es de lo que va mi propósito de vida, mi razón de ser.
He decidido aplicarlo en el desarrollo personal y deportivo.
Con ese fin realice el Máster en Coaching Directivo-Deportivo y Psicología aplicada al Alto Rendimiento en UNISPORT, como puente para conectar a las personas en sus objetivos y en el deporte, concretamente en los eSports.
Después de 2 años adquiriendo responsabilidad y compromiso en RVNS_ESPORTS como Coach (Mental) de Desarrollo Deportivo-Personal, en dos equipos de RAINBOW SIX SIEGE y uno de CALL OF DUTY, he comenzado a desarrollar un nuevo equipo para RED GAMING en VALORANT.
Paralelamente, estoy en el momento inicial de crear un proyecto propio en los eSports como empresario y socio fundador, del que pronto daré cuenta.
Mi aprendizaje me ha permitido adquirir una gran facilidad para conectar con las personas y ayudarlas a rendir mejor.
Y ahora, llegados a este punto, os preguntareis… ¿por qué SENSEI?
De mi relato se deduce fácilmente que mis referencias son mis maestros o mis mentores. Para mí, la clave del éxito en la vida, son los senseis.
En SENSEI he podido contar con nuevos mentores, y con ellos guardo afinidad, objetivos en común y una oportunidad para seguir evolucionando.
Y mientras sigo aprendiendo de los de antaño, y espero a los que están por venir, me corresponde a mí empezar a convertirme en otro mentor con el que continuar el ciclo hacia las siguientes generaciones.